miércoles, 23 de julio de 2008

La mancha humana


No puedo evitar pensar que Philip Roth estaba enojado al escribir este libro. Un gran enojo en el que el juicio a Bill Clinton en 1998 parecía ser la gota que derramó el vaso. Ese año toda la sociedad norteamericana se dedicó a descubrir si el presidente había o no había tenido "verdaderas" relaciones sexuales con Mónica Lewinsky. Roth ubica su libro en ese momento, y habla de un país en el que se ha desencadenado una "orgía de religiosidad y pureza" por obra de unos "pelmazos virtuosos que actúan para impresionar al publico, locos por culpabilizar, deplorar y castigar".

Antes del 98 habían caído cientos de gotas en el vaso que cuestionaban la salud de una sociedad como la estadounidense. Haber pasado por la segregación racial, la participación en guerras y operaciones en nombre de la libertad que acabaron llamándose "intereses económicos", el incómodo tema de los veteranos de guerra, las desigualdades económicas y culturales, no habían producido una sociedad más tolerante y desprejuicida sino una que enmascara sus temores tras lo políticamente correcto y que está ansiosa de perseguir lo diferente para disfrutar de una superioridad moral que irónicamente siempre se pierde en la misma persecución.

De todo eso trata el libro. Todo está relacionado. Esa mancha humana acaba pringándonos a todos. Los protagonistas y los problemas norteamericanos han cambiado desde el 98 pero la simpleza sigue siendo la misma cuando Bush decide qué países pertenecen al "círculo del mal", u Obama es acusado de asistir a las ceremonias racistas del reverendo Wright mientras Mc Cain es acusado de ir a las de Parsley quien dice que el Islam es una "falsa religión".

La Mancha Humana es un tratado sobre las emociones, los secretos, la moralidad dudosa y sobre como estamos condicionados por los que nos rodean, como si se tratara de una mancha que por más que intentemos no nos abandonará y que estorbará en cada ocasión que intentemos ser diferentes, osados o libres.

3 comentarios:

La frontera entre China y París dijo...

Y también es muy interesante comparar la mancha humana con El hombre invisible de Ralph Ellison. La mancha es un homenaje al libro de Ellison, de quien Roth es un gran admirador.
A nosotros nos llama la atención el ansia de libertad de Coleman Silk, una libertad que solo consigue cuando se libera de su secreto. Y su muerte similar a la muerte política de Clinton.
Un gran libro que complementa una gran trilogía
Saludos

Luis Nouel Trenard dijo...

Quizás en una interpretación un tanto rocambolesca tengo la impresión de que uno de los motores vitales de Coleman Silk era la mentira. En algún punto del libro me dio la impresión que el gran problema es que él no quiere desprenderse de la mentira pues parece incluso disfrutar de ella. A pesar de que sus razones van perdiendo importancia con el tiempo, él no parece demasiado preocupado en aclarar nada. Al contrario, va perdiendo, casi a propósito todas las oportunidades de contar la verdad a quienes le rodean. Creo que disfruta de la experiencia de ser un Coleman poliédrico pues la verdad sólo le convertiría en un hombre común y corriente.

Gracias por tu comentario. No he leído el de Ralph Ellison, pero a partir de ahora lo pongo en la lista.

La frontera entre China y París dijo...

No, es cierto. Tienes razón. Haces un buen comentario. No quiere desprederse de la mentira, pero es lo que le impide ser completamente libre. ¿Qué me dices de esos retos a la naturaleza pudiendo tener hijos negros? ¿Y de la relación padres hijos? Tanto Coleman como hijo y como padre. Es otro de los puntos fascinantes del libre.
Saludos