martes, 29 de abril de 2008

Hace demasiado poco


En la revista "Quo" de abril viene un documento curioso. Se trata de un acuerdo en el cual las mujeres para poder trabajar aceptan, entre otras, las siguientes condiciones:

1.- No casarse
2.- No andar en compañía de hombres
3.- Estar en su casa entre las 8:00 de la tarde y las 6:00 de la mañana
4.- No pasearse por heladerías del centro de la ciudad
5.- No abandonar la ciudad bajo ningún conceptrosin permiso del Presidente del Consejo de Delegados
6.- No fumar cigarrillos
7.- No beber cerveza, vino ni whisky
8.- No viajar en coche o automóvil con ningún hombre excepto su hermano o su padre
9.- No vestir ropas de colores brillantes
10.- No teñirse el pelo
11.- No usar vestidos que queden a más de 5 centímetros por encima de los tobillos
12.- No usar polvos faciales, no maquillarse ni pintarse los labios

A primera vista usted podría creer que se trata de un documento del rígido mundo árabe. Pero en realidad es el contrato laboral que en los años 20 debían firmar las mujeres que quisieran ser maestras en Castilla la Nueva.

He oido muchas entrevistas manifestando que en los países árabes los derechos humanos de la mujer no han avanzado desde la Edad Media, sin embargo es curioso constatar que hace menos de un siglo aquí se imponían condiciones vejatorias a las mujeres que semejan mucho a las que hoy nos horrorizan desde algunos países.

Un alumno me comentó una vez que el choque entre Oriente y Occidente no era político ni económico, sino de género, y cada vez le doy más la razón. Por un lado podemos pensar que si Occidente (aunque no todo) ha logrado transitar toda esa distancia en menos de un siglo, los países árabes, y otros en los que la discriminación de la mujer está a la orden del día, no están tan lejos de lograr cambios sociales que a veces lucen imposibles.

Por otro lado podemos pensar que aunque en Occidente hemos avanzado bastante, aún estamos escalofriantemente cerca -apenas han pasado 90 años- de una cultura que explica barbaridades como que cada semana muera una mujer en España por un imbécil que pensaba que era de su propiedad.