lunes, 17 de marzo de 2008

Lo bueno, si caro, dos veces bueno


Hace un par de meses aparecieron las conclusiones de una investigación del Harvard Graduated Business School que demostró el mecanismo de un proceso que, aunque parece evidente no siempre estamos conscientes de él.

El estudio era simple: consistía en hacer probar a una persona varias copas de vino de las cuales sólo conocían su precio. Tras probar las copas, la mayoría de los investigados acabaron eligiendo al de mayor precio como su preferido. Lo que no sabían era que el vino era el mismo en todas las copa. Era sencillo suponer que estamos condicionados a asociar calidad a altos precios, sin embargo lo sorprendente del estudio es que durante todo el proceso se monitoreaban las reacciones del cerebro, y las zonas que controlan el placer efectivamente registraban sensaciones más intensas con el vino "más caro".

Entonces no se trata de una simple respuesta condicionada, el vino más caro realmente "gusta más" aunque sea igual que el barato. Esto explica como estamos dispuestos muchas veces a pagar más por productos que tienen una marca prestigiosa aunque seamos incapaces de notar la diferencia, somos capaces de sugestionarnos no solo al punto de creer sino de sentir realmente que son mejores.

La próxima vez que elijas entre dos productos, mira bien, quizás te encuientres que son idénticos pero tu cerebro se ha ido sugestionado para sentir una experiencia más placentera por el caro.

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